El acto contemplativo de la naturaleza me parece una de las cosas más fascinantes, por doquier puedes observar belleza, carácter, templanza, ver las nubes y sus formas, el firmamento incólume, al sol maquillando con natural brillo a las montañas. Aquí parece que todo es posible. Whalt Whitman tenía razón cuando nos aconsejó diciendo: «Aprovecha el día» y sin duda debemos poner más atención a sus palabras, a veces nos perdemos tanto tiempo atados a una pantalla, tratando de distraer la mente en ideas absurdas, en estar pendientes de la vida de otros, en vídeos que no promueven sino estupidez, en intentar maquillar con filtro digital nuestra ignorancia. Vivimos exentos de nuestra propia realidad. Rescatemos el hábito de la contemplación, que el lente de tu ojo sea tu mejor herramienta, déjate alumbrar por este arte que está ahí: gratuito, disponible, esperando a que lo conozcas. Deja de mirar la vida por otro cristal y concéntrate en obsérvala con el corazón, porque en el exterior, está la poesía en su máxima expresión, el lienzo delicado de la divinidad, un estímulo para vivir. No malgastes tu tiempo en lo que no lo vale y humaniza este único trayecto que tienes en el gran teatro del mundo.
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